Reseña «Tan poca vida», de Hanya Yanagihara
Titulo original: A little life.
Autor: Hanya Yanagihara.
Editorial: Lumen
Nº de páginas: 1008
Año de edición: 2016
Fecha de lanzamiento: 15/09/2016
“Tan poca vida” es de esos libros que llegan y te derrumban, que marcan un antes y un después y aunque hayan pasado varios días después de terminarlo sigues pensando en los personajes, en las escenas narradas y todas esas emociones que te provocó, el aún querer regresar a las páginas y ser parte de la historia.
El libro está basado en el sufrimiento, en el dolor emocional y físico, en el vació de la rutina y hasta qué punto se puede soportar.
Lo que al principio parece una historia sencilla acerca de cuatro amigos que viven en Nueva York, unos más afortunados que otros, pero que logran acceder a una educación superior de calidad y a partir de allí sus vidas se van desenvolviendo en medio de algunas penurias y algunas alegrías que van consolidando poco a poco una amistad de más de tres décadas, es tan solo la fachada tras la que se esconde un enorme torbellino de emociones, dolores y abusos, que exploran en una hipérbole narrativa el amor y el dolor, la capacidad del ser humano para resistir la crueldad, el poder del silencio aceptado como el pegamento que une a ciertas personas, diferentes aspectos de la masculinidad y la gran dificultad que conlleva entablar relaciones con personas con problemas psicológicos, pues requieren mucho más que una empatía fingida.
Lentamente la novela sin dejar a un lado a tres de estos amigos que van desarrollando sus vidas no sin dificultades, pero si con bastante éxito, va decantando el desarrollo de la historia en Jude, quien gracias a su voz narrativa nos permite estar con él, al otro lado del silencio que hace que su vida y sobre todo su pasado sea la más grande incógnita para el resto de protagonistas y voces que hacen parte de este relato.
Es una historia compleja, capaz de reflejar el dolor de muchas personas con depresión, ansiedad, síndrome del impostor y conductas autolíticas físicas y mentales y de retar la empatía de aquellos de visión optimista frente a la vida y en si a todos aquellos que se niegan a ver directamente a los aspectos oscuros de la vida. Se trata de una historia dura, muy dura, pero necesaria, que refleja lo peor y lo mejor del ser humano.
Hanya tiene un estilo de escritura bastante melancólico que se adapta perfectamente a este libro, cada emoción, cada decepción está escrita de una manera bastante triste y se adapta a un escenario el cual se podría considerar muy gris. Una enorme virtud que la autora imprime en la obra aparte de la sensibilidad es la capacidad de hilar sus investigaciones y asesorías para lograr así que las charlas acerca de derecho, arquitectura, arte, matemática, cine, gastronomía que componen el día a día de los protagonistas, se sientan naturales y fluidas
Cuando vi este libro por primera vez, no fue la portada lo que me llamó la atención; Ahora que lo he leído tengo que decir que no se me ocurre mejor portada porque capta a la perfección cómo te sientes al leerlo.
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